El Real Madrid se dejó dos puntos en el Martínez Valero tras un partido que dominaron de cabo a rabo, arrancaron ganando con el gol de Modric pero que el Elche fue capaz de igualar con otro gol desde el punto de penalti. De nuevo una pena máxima en contra para los blancos que acumulan seis en los últimos nueve partidos, siendo seis de los últimos 10 goles encajados desde el punto de penalti, los seis que lleva acumulado en lo que va de temporada.
La recurrente frase de que el VAR y los árbitros ayudan al Real Madrid cada vez tiene menos peso. De un tiempo a esta parte, ha quedado demostrado que no existe ningún tipo de trato de favor con la nueva tecnología y que los blancos son igual de castigados que el resto. Cabe destacar que esta jornada, la pena máxima señalada es merecida. Carvajal se excede en un agarrón sin sentido sobre Barragán y el colegiado Figueroa Vázquez no duda en señalar el punto de castigo. Ahí Fidel no falló y el empate acabaría siendo el resultado final. Se iban dos puntos.
Pese a que esa pena máxima estaba plenamente justificada y había poco o nada que revisar desde la Sala del VAR, sí tuvieron su momento de quejarse los jugadores blancos en la primera mitad. Contextualicemos. Sergio Ramos se queda en la inmediaciones del área tras una pelota parada, agarra el balón en la izquierda y busca con un centro con rosca a Benzema en el área. El francés se zafa bien de su par, Josema, y va a la pelota para cabecear y romper el 0-0 que imperaba en aquel momento.
Pero el central franjiverde, ya superado, agarra lo justo al delantero blanco para evitar que éste conectara con la pelota, logrando su objetivo. Ni Figueroa Vázquez en primer lugar ni después el VAR decidieron tomar medidas ante una acción en la que el agarrón cambió el sino de la jugada. ¿Hubo doble vara de medir en el Martínez Valero?
Esta fue la última pero el Real Madrid recibió en los ocho partidos anteriores otros cinco goles desde el punto de penalti. Hay que remontarse al último tropiezo serio de los blancos en la Liga. El Alavés logró asaltar el Di Stéfano a finales de noviembre (1-2). El primer tanto de los vitorianos llegaba en los primeros cinco minutos de juego gracias a una pena máxima que transformaría Lucas Pérez. Aquella fue rigurosa, por manos de Nacho, que según qué toma parecía más hombro que brazo. Justo antes de este partido, en el Estadio de la Cerámica, el Villarreal rascó un punto ante los blancos (1-1) gracias a una pena máxima. Courtois derriba a Chukwueze y Gerard Moreno transformaba desde los 11 metros.
El festival de penaltis llegó ante el Valencia en Mestalla en un partido irrisorio de los colegiados. Tras el 0-1 de Benzema, penalti por manos de Lucas Vázquez que transforma Carlos Soler. Llegaría otro tras el descanso, ya con el 2-1 en el marcador, por una penalti discutible de Marcelo sobre Maxi Gómez. De nuevo Soler al lanzamiento y 3-1. El último, otra vez por manos pero esta vez de Ramos, lo materializaba de nuevo un Soler que no falló ninguno de los tres.